lunes, 17 de septiembre de 2007

Octubre 2005 “carta al Presidente”

Puerto Montt, 24 de Octubre de 2005


Ricardo Lagos Escobar
Presidente de la República de Chile
Palacio de la Moneda s/n
Santiago

Su excelentísima excelencia Presidente de la Republica de Chile:

Me permito escribirle esta carta en medio de una confusión y angustia que estamos viviendo 15 trabajadores que hace 5 años compramos acciones con nuestra indemnización de la Empresa Sanitaria, y que hoy cuando debemos pagar el crédito que nos otorgo el Banco Estado con el producto de estas acciones literalmente estamos con a las puertas de perderlo todo, por ello solicitamos su medición para buscar una solución a nuestro problema.

También nos tomamos la libertad de contarle lo más resumidamente posible los detalles de como llegamos a esta situación:

Como es de su conocimiento, dentro del proceso de privatización de las empresas sanitarias y, en especial de Essal S.A., según la ley Nº 19.549 del 19 de enero del año 1998, se estableció que:
“Los trabajadores de las empresas concesionarias de servicios sanitarios en las que la Corporación de Fomento de la Producción sea dueña de más del 50 % de las acciones con derecho a voto podrán adquirir acciones en la sociedad en la cual laboran, mediante la indemnización por años de servicio a la cual tengan derecho.
Adicionalmente, la referida Corporación otorgará un crédito a dichos trabajadores para la adquisición de acciones de la empresa en la cual se desempeñan, las que se constituirán en garantía prendaria ...” (artículo sexto).

En este orden de cosas, los trabajadores interesados compraron acciones a un precio de $ 55, valor muy conveniente si se tiene en cuenta que el controlador de la empresa adquirió la acción a $ 99.

El Estado de esta forma pretendió dar a los trabajadores una compensación o premio, dependiendo el punto de vista que se tenga, dentro un proceso de privatizaciones que no estuvo ausente de conflictos y de dolorosas consecuencias para los trabajadores. De ello da cuenta en su punto Nº 5 el Acuerdo Marco del Comité SAE-FENATRAOS, del 18 de Noviembre del año 1997 que señala: “Los trabajadores tendrán derecho a comprar acciones con lo percibido con cargo a los beneficios señalados en este acuerdo conforme a la ley”.

Muchos trabajadores aceptamos el desafío, la oportunidad y el riesgo, pues la adquisiciones se presentaban como auspiciosas. Así los trabajadores asumimos deudas con el Banco del Estado, las que tenían una doble garantía, a parte de la Garantía General Prendaria; en efecto, la CORFO se constituyó como deudor solidario de un 40 % del crédito y, además, la prenda sobre las mismas acciones.

Han pasado cinco años desde la privatización, habiendo distribución de utilidades en sólo una oportunidad y careciendo las acciones en estos momentos de la liquidez que normalmente tienen las acciones en el mercado.

Ha llegado la hora de pagar las acciones y muchos de los trabajadores no lo han podido hacer, generando todo un proceso administrativo y judicial por parte del Banco del Estado destinado a dar cumplimiento a la obligación de los trabajadores.

Hoy día los trabajadores quieren solucionar el problema, pues para ellos es una desgracia aparecer en los boletines de Dicom como deudores morosos, y se dan cuenta que las acciones no le generan dividendos y tampoco están en condiciones de poder venderlas.

Me pregunto cuál es el beneficio que pretendió darle a los trabajadores el Estado al ofrecerle acciones, pagadas con las indemnizaciones laborales y/o con créditos, si el día de hoy el Banco está ejerciendo las acciones ejecutivas sobre los bienes muebles de las casas de los trabajadores, sobre sus mismas viviendas, sobre sus vehículos o sobre los ahorros que se encuentran en libretas o depósitos bancarios.

No creo que esa haya sido la intención de ninguno de nosotros al invertir nuestras indemnizaciones y/o créditos obtenidos al efecto en las acciones de Essal S.A., ni tampoco la intención del Estado y de los controladores de la empresa. De saber las perjudiciales
consecuencias, mejor habría sido no ofrecernos nada o no aceptar nada, pues más que un beneficio para los trabajadores que no están en condiciones de servir las deudas adquiridas, fue una propuesta nefasta.

Lo que nos resulta más angustiante, es ver que las acciones de Essal S.A. por la composición de la propiedad accionaria no tiene valor en el mercado, es decir, los trabajadores estamos amarrados de pies y manos, sin poder disponer de ellas, como de cualquier otro bien, si las circunstancias personales de cada uno lo hace necesario.

Lo lógico es buscar una solución conjunta, destinada a reducir los costos de la realización de los bienes, y velar para que los beneficios prometidos por las compras de las acciones no se transformen en trampas financieras para los trabadores, que por querer tener un futuro mejor, no sólo pierdan sus acciones, sino que también otros bienes de valor que forman su actual patrimonio y su prestigio y capacidad comercial al estar incluidos en los registros de Dicom.

Creemos que esta situación no favorece a nadie. No favorece al Estado que ha ofrecido beneficios a los trabajadores y han producido a la larga un mayor perjuicio, al estar en una situación peor a la que hubieran tenido de no haber invertido en acciones. No favorece a la empresa Essal. S.A. al quedar en evidencia las dificultades que existen para vender unas pocas de sus acciones en el mercado. No favorece al Banco del Estado, quien con un acuerdo justo entre las partes, puede hacer cumplir las obligaciones en un tiempo mucho menor.

Una situación que prolongue o acentúe el conflicto traerá perjuicios en imagen corporativa a todos los involucrados, pues la adquisición de las acciones no tuvo un origen estrictamente comercial, sino que laboral, social y político, el desentenderse de esos elementos sólo produciría la imagen de una falta de confiabilidad en las empresa y en las instituciones públicas involucradas, al ser incapaces de dar una solución justa al problema.

Los trabajadores no quieren que se les regale nada, sólo quieren vivir tranquilos, si no fue posible obtener un beneficio, al menos, que no se les crucifique por no haber hecho un “buen negocio”.


José J. Pacheco S
Presidente
Sindicato Técnicos y Profesionales Essal

Distribución:
Oscar Landerretche Gacitúa, Vicepresidente Ejecutivo CORFO
Moneda Nº 921 - Santiago

Javier Etcheberry Celay, Presidente Banco Estado
Alameda 1111 Piso 9 Santiago de Chile
Jorge Vives Dibarrart
Intendente Región de los Lagos
Avenida X-Región Nº 480 P3 Puerto Montt

José R. Saez Albornoz (Gerente General)
Covadonga Nº 52 Puerto Montt

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